Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo.
Con esta frase comienza el Santo Padre Francisco su mensaje con motivo de la XXIX Jornada Mundial del Enfermo, que como es habitual se celebra el 11 de febrero, memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes.
Desde Hermanas Hospitalarias, como cada año, nos unimos a esta celebración ya que trabajamos desde hace más de 139 años en la acogida, cuidado especializado, asistencia integral y re-inserción social de personas con enfermedad mental, diversidad funcional y otras enfermedades.
El mensaje del Papa Francisco, destaca la importancia de este momento para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. En particular, señala, a las personas que sufren en todo el mundo la pandemia del coronavirus, así como a los más pobres y marginados.
«La enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22). La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas. Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa. Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario (…)»
Hospitalidad con los enfermos
La celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, no solo nos tiene que llevar a orar por todas estas personas enfermas y sus familiares que están sufriendo, sino que debe movernos a la HOSPITALIDAD; a cuidarlos, atenderlos, aliviarlos y hacer que se sientan mejor dentro de la terrible enfermedad que puedan padecer.