En Hermanas Hospitalarias queremos compartir una serie de «Historias con Corazón» han escrito algunos miembros de la Comunidad Hospitalaria, desde diferentes páises donde está presente la Obra Hospitalaria. Se trata de información relacionada con la pandemia del COVID-19.
¡Gracias a todos de corazón!
Mónica Santos, Directora de Enfermería del Hospital Beata María Ana (Madrid, España).
«Tras haber vivido esta situación excepcional en la que nos hemos encontrado, desde el pasado mes de marzo, es necesario, ahora que la situación está calmada y podemos empezar a respirar, echar la vista atrás y reflexionar desde la serenidad todo lo acontecido.
Los momentos desde el inicio fueron duros, caóticos, desgarradores. Hemos experimentado senti-mientos y situaciones que, hasta los profesionales más veteranos, decían no haber visto antes. Esta percepción hizo que las primeras semanas, tomáramos decisiones sobre la marcha, cambiantes en función de las necesidades, diferentes en poco espacio de tiempo, en función de los recursos disponibles»
Mi experiencia en Santa Teresa durante el confinamiento
Anita Tsaneva, Coordinadora de actividades en Santa Teresa (Londres, Inglaterra)
«Cuando me pidieron que escribiera sobre mi experiencia durante los meses que llevamos de confina-miento debido al COVID-19, al principio pensé sobre qué escribir, ya que principalmente en Santa Teresa tratamos de seguir con nuestro trabajo con los residentes, manteniéndolos seguros y siguiendo las recomendaciones dictadas por el gobierno del país.
Después de pensar detenidamente y mirar hacia atrás, me di cuenta que ha tenido aspectos positivos, tanto para los miembros del personal y como para los residentes. Hemos mantenido un espíritu positivo en el hogar y tratamos de mantener la vida de nuestros residentes lo más cerca de la normalidad posible».
Rosas y espinas del COVID-19 en Villa Rosa
Dra. Silvia Capezzuto y Dra. Marisa Nicolini, del Servicio de Psicología del centro “Villa Rosa” de Hermanas Hospitalarias en Viterbo (Italia)
«Recientemente hemos comenzado a ver la luz nue-vamente después de largos meses de bloqueo debido al Covid-19 que en Italia, como es bien sabido, ha demostrado ser particularmente agresi-vo. En el centro Casa di Cura Villa Rosa de Herma-nas Hospitalarias en Viterbo (Italia), dedicado a la asistencia de personas mayores, estamos volviendo gradualmente a la normalidad, después de que la Autoridad de Salud Local haya comprobado que toda la Comunidad del Hospitaria estamos libres de coronavirus.
Una persona vale más que el mundo entero
Fernanda Caetano, Hermana Hospitalaria y Responsable de un servicio interno en el área de Rehabilitación Global del Centro de Salud de Idanha (Portugal).
«El año 2020 quedará grabado en la historia de la Humanidad, de la Congregación y de las Hermanas Hospitalarias de la Provincia de Portugal. El motivo bien podrían ser los 125 años de actividad de la Congregación en Portugal; sin embargo, no podemos obviar la pandemia de COVID-19, que no nos ha permitido celebrar como habíamos planeado todos los años de presencia de la hospitalidad en Portugal».
Acercando la Hospitalidad a los más excluidos, en época de cuarentena
Michaell Moreno, Terapeuta Ocupacional de la Red de Salud Mental de Hermanas Hospitalarias en Chile.
«En la comuna de Santiago, el sector más céntrico de la capital de Chile, se encuentra el Centro Diurno San Benito Menni, de Hermanas Hospitalarias; un lugar donde 32 personas con enfermedad mental severa y en una situación de alta vulnerabilidad social, tienen la posibilidad de asistir diariamente para realizar distintas actividades de rehabilitación psicosocial y comunitaria.
En tiempos de COVID19, como profesionales sociosanitarios la tarea de reinventarnos respecto a nuestras intervenciones ha sido compleja, pero hemos intentado hacer un máximo esfuerzo».
COVID-19 desafío y oportunidad a la Hospitalidad
Sheeba Siluvayyan, Hermana Hospitalaria y responsable del Grupo Comunitario de Thirumala (India).
«En este momento soy la responsable del Grupo Comunitario de Thirumala, India, formado por tres postulantes, cinco aspirantes y diez pacientes con enfermedad mental. “Menni Family Home” es el nombre del Centro. Como grupo pertenecemos a la comunidad de Kazhakuttom. Nos encontramos en el sur de la India.
A pesar del mucho sufrimiento que está causando la pandemia en el mundo, vemos que el bien y la solidaridad crecen aún más rápido; la fe se está consolidando en las personas; los poderosos y ricos, sabios y científicos, ateos y creyentes, los pobres… dicen al unísono: ‘Solo Dios Puede’.
El significado de la Familia Hospitalaria
Laura Neves, Hermana Hospitalaria, Enfermera y Secretaria de la Provincia de Portugal desde 2009.
«Cuando se produjeron los primeros casos en el Instituto, el Gobierno provincial se organizó para ayudar en los Centros de la zona de Lisboa. A mí me tocó el Centro de Salud de Santa Rosa de Lima en la ciudad de Belas (Portugal). Un centro especializado en psicogeriatría.
Cuando el COVID-19 cruzó las fronteras de China y la comunicación social nos fue mostrando su forma implacable de expandirse por el mundo, me di cuenta de que nuestra Congregación no conseguiría evitar que entrase en nuestros Centros, que son espacios en los que asistimos a personas muy frágiles y vulnerables que requieren cuidados de gran proximidad y que, en su mayoría, no son conscientes de lo que ocurre ni de la necesidad de protegerse».
Efectos secundarios
Alejandro Palacios, Coordinador Pastoral y Voluntariado Clínica Padre Menni (Pamplona, España).
A lo largo de esta pandemia hemos ido conociendo más acerca de las características del Covid-19. Entre los datos de las últimas semanas, llaman la atención los referentes a los efectos se-cundarios que el coronavirus puede llegar a provocar en personas que ya lo han padecido. Además de secuelas respiratorias o neurológicas, leemos acerca de posibles alteraciones en el corazón.
Este tipo de noticias, aunque se refieren a quienes ya han superado esta enfermedad, pueden, en el fondo, interpelarnos a todos. Tras el estado de emergencia, la desescalada, las medidas especiales que se han tenido que tomar, las distancias, los aislamientos, los fallecimientos… ¿Qué “efectos secundarios” ha dejado esta situación en mi vida?
Esperanza, amor y Hospitalidad en tiempos de pandemia
Fernando Torrico, Fisioterapeuta – Kinesiólogo del Centro Terapéutico Puntiti, de Hermanas Hospitalarias en Cochabamba (Bolivia).
«La pandemia de COVID-19 ha cambiado nuestro mundo de manera inimaginable; ha sido, en la historia, la mayor amenaza para nuestras vidas, no sólo por los efectos en nuestra salud, sino también por las modificaciones en las formas de convivencia e interacción social. Todos nos hemos visto afectados y todos tenemos una historia que contar.
El Centro Terapéutico Puntiti, de Hermanas Hospitalarias en Bolivia, acoge a 60 niños de distintas edades, totalmente dependientes, que son atendidos por un equipo multidisciplinar«.
Mozambique lucha contra el COVID-19
Filipina Alonso, Hermana Hospitalaria y enfermera en Mozambique.
«Hasta el 21 de marzo, fecha en la que se sonó la alarma con el anuncio del primer caso de covid-19 en Mozambique, la vida seguía siendo normal sin la más mínima preocupación por parte de muchos. Recuerdo que justo este fin de semana (domingo por la tarde) teníamos programada la ruta archidiocesana por las calles de la ciudad de Maputo. Lamentablemente nos sorprendió la información de la prohibición de celebrar eventos en los que participaron más de 50 personas entre otras por lo que se clausuró. Muchos todavía van al lugar de reunión, pero encuentran sólo oficiales de policía y funcionarios parroquiales que dan información sobre la prohibición de la celebración.
En los rostros de las personas se adivina, la indignación, la confusión, la inquietud, el miedo y cierta tristeza».
¡Qué futuro más incierto tiene la humanidad!
Ximena Albornoz, Hermana Hospitalaria y Superiora de Comunidad en América Latina.
«Un pequeño virus nos sorprendió a finales del año 2019 y nos trajo dolor, desorientación… Hubo algunos escépticos que creían que eran intocables hasta cuando los visitó la enfermedad de una u otra forma; de pronto todo colapsó y empezamos a vivir situaciones críticas, de repente los héroes cambiaron y reconocimos el trabajo sanitario de aquellos que silenciosamente salvan vidas cada día; pasaron a ser los más respetados y aplaudidos.
Los líderes del mundo tienen serios problemas: uno la salud y otro la economía; En esta situación de crisis aparece la pandemia y los medios de comunicación no cesan de repetir “Quédense en casa”. Desde ese momento nuestras vidas cambiaron para siempre y ya nada será igual».
Gracias colaboradores, por el compromiso y responsabilidad
Isabel GaztambideHermana Hospitalaria y Superiora de Addlestone (Inglaterra).
«En Inglaterra la crisis empezó más tarde que en el resto de Europa, casi nos creíamos que nos íbamos a librar. Desgraciadamente no fue así; a finales de marzo la pandemia se había cebado con Reino Unido. Enseguida se aplicaron los protocolos de confinamiento para los contagiados, y los procedimientos para los que sufrían los síntomas.
Fue un momento duro cuando se comunicó a los familiares de los residentes el confinamiento y la suspensión de las visitas. Lo máximo comenzó a ser “quédate en casa”. Esta misma norma se aplicó a todos los voluntarios como medida de prevención. Hubo momentos de miedo, inseguridad, incertidumbre; pero también fue alentador que desde el inicio hubo un denominador común de esperanza: la confianza».
¡La mirada sigue brillando!
Joana Sarmento, Colaboradora de Hermanas Hospitalarias en la Casa de Saúde rainha Santa Isabel en Condeixa (Portugal).
«¿Cómo comunicar cuando nuestros rostros se ocultan detrás de mascarillas? ¿Cómo tocar cuando nuestras manos están cubiertas por guantes?.
Lo cierto es que la mirada ha resistido y ha expresado las palabras que no hemos dicho, los sentimientos y el dolor que no hemos podido cuantificar. Pero la mirada ha conservado su brillo y precisamente de esto quiero hablar.Durante tres meses, nuestro Centro Hospitalario tuvo que acostumbrarse a nuevos hábitos, nuevas rutinas y nuevas formas de funcionar. Los pasillos se inundaron de un silencio ensordecedor; los ritmos cambiaron; las salas se quedaron vacías y las puertas, cerradas. ¡El miedo nos espiaba!».
Ser enfermera en tiempo de COVID-19
Fausta Sacchi, Federica Rompani y Samantha De Boni, enfermeras en Villa San Benedetto Menni, en Albese (Italia).
«Cuando comenzó la emergencia del covid-19 nos vimos en la necesidad de reorganizar nues-tro trabajo y al personal asistencial del centro. Es parte de nuestro trabajo encontrar respuestas a diversas situaciones, pero la rapidez con que se desarrolló y evolucionó la situación de contagio nos obligó a organizar acciones igualmente rápidas, que tenían como objetivo el bienestar de los huéspedes y colaboradores.
Una de las partes más difíciles fue integrar nuestro sentimiento personal, de no poder controlar una situación desconocida y dramática, un sentimiento que a veces se convirtió en impotencia».
Muchos aspectos positivos han surguido de esta situación
Megan Derry, cuidadora en el centro Christ the King (Inglaterra).
«Desde que el COVID-19 interrumpió en nuestras vidas, mi trabajo cambió por completo.
Sabía que mi trabajo era vital para proteger a nuestros residentes, que son extremadamente vulnerables. Este horrible virus estaba arrasando el país con bastante rapidez. Cuando se detectó el primer caso de COVID-19 en la residencia, fue extremadamente impactante, para mí, hizo que la pandemia fuera una realidad, y no solo algo que se veía en las noticias. Era un momento preocupante, conociendo la devastación que el virus estaba causando en todo el mundo».
Apoyo espiritual a los enfermos, en período de pandemia
Sor Cécile Kabe, Hermana Hospitalaria de la Comunidad de París, nos relata cómo están viviendo su relación con los residentes de nuestro centro “Sainte Germaine”, ubicado en la capital francesa, durante la pandemia provocada por el Covid-19.
El período de pandemia, está siendo un tiempo particular y una vivencia difícil para nosotras, hermanas, y especialmente para los residentes de nuestros centros, con necesidades especiales, que requieren mucha atención y cercanía.
«En esta difícil situación comprobamos el amor y la misericordia de Dios en nuestras vidas, pues vivimos momentos de fraternidad a pesar de las dificultades».
Apoyo psicológico a los enfermos en período de pandemia
Anna Honyiglo Suchomelova, Psicóloga en la Casa Sainte Germaine, de Hermanas Hospitalarias en París (Francia), nos relata la experiencia vivida en nuestro centro durante la crisis sanitaria producida por el COVID-19.
Acabamos de vivir un período excepcional, difícil y, al tiempo, rico en experiencias.
Por un lado, para nosotros, los profesionales, para quienes este período ha supuesto una gran carga de trabajo y de emociones. Por otro lado, para nuestros residentes, que han tenido que adaptarse sin poder prepararse realmente para los grandes cambios de su vida cotidiana. Para muchos de ellos, esto significaba un largo período sin poder visitar a sus seres queridos, a sus familias, sin poder pasar tiempo con las hermanas, los amigos, los voluntarios…