María Josefa Recio y María Angustias Giménez. Mujeres valientes que sintieron la llamada de Dios a entregar su vida a las personas pobres y enfermas.
Ambas nacidas en Granada, amigas inseparables y unidas en la búsqueda de Dios, se dejan acompañar por la guía espiritual de Benito Menni. Tras muchas peripecias, en el verano de 1880, llega la respuesta a sus oraciones. Benito Menni desde Ciempozuelos (Madrid, España) les hizo la siguiente invitación: “Podéis venir, si queréis”
Y la aventura Hospitalaria con rostro femenino dio comienzo…
Se instalaron en Ciempozuelos y pronto tuvieron el lema que sintetizaba su camino espiritual: rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar.
El 31 de mayo de 1881 toman el hábito y así dieron comienzo a la congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús.
El 30 de octubre de 1883 María Josefa Recio moría, víctima de la caridad hospitalaria dejándonos un legado espiritual que sigue siendo inspiración de nuestro carisma. De su testamento espiritual:
“Hermanas mías, yo deseo y pido a Dios que en esta santa comunidad reine siempre la caridad….Tened con las enfermas mucha caridad, sirviéndolas con amor, considerando que representan a Nuestro Señor Jesucristo”
María Angustias, dejará su testimonio escrito en la Relación sobre los orígenes de la Congregación, un legado histórico y teológico de los inicios en la Vida y Misión de las Hermanas Hospitalarias.
Ellas, con las primeras ocho hermanas, ofrecen el rostro femenino de la Hospitalidad: personas comprometidas desde la fe, en la liberación misericordiosa de las mujeres.
Forman con Benito Menni el grupo fundador que se entrega a dar respuesta a un sector de la sociedad que estaba desatendido: las mujeres con enfermedad mental.
Dos mujeres que conformaron la vida hospitalaria, caridad y oración, servicio y unión de corazones.