Nuestras Constituciones
Las Constituciones de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús son mucho más que un conjunto de normas: son la expresión de nuestra vocación y el fundamento de nuestra misión. Este “libro de vida” recoge el espíritu con el que, desde nuestra fundación en 1881, hemos respondido al llamado de Dios a servir con hospitalidad a quienes más sufren.
Redactadas en 1882 por nuestro fundador, San Benito Menni, nuestras Constituciones fueron aprobadas en 1910 por el Papa San Pío X. En ellas se plasma el carisma hospitalario que ha guiado a nuestra Congregación desde sus inicios y que sigue inspirando nuestro camino.
Un Camino de renovación y fidelidad
Si recorremos los hitos de las Constituciones reconocemos que avanzan respondiendo a las necesidades de la vida y misión de la Congregación, a las llamadas de la Iglesia y a las exigencias de los cambios socioculturales.
Las Constituciones de 1983, recogen el contenido doctrinal y la tradición de la Congregación respondiendo al mandato de la Iglesia en el Concilio Vaticano II. Partiendo del Decreto Perfectae Caritatis, n. 2 y del Motu Proprio Eclesiae Sanctae, se realiza la renovación de las mismas, que serán aprobadas el 10 de junio de 1983.
Conscientes de la importancia de mantener vivo el carisma hospitalario y en sintonía con los signos de los tiempos, en 2019 iniciamos un proceso de actualización de nuestras Constituciones. Este camino, que se vivió con profundo sentido de discernimiento y participación, involucró a más de 900 hermanas de todo el mundo y culminó con la aprobación del nuevo texto en noviembre de 2022 por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Este proceso significó una actualización del texto, con una renovación del compromiso de cada hermana hospitalaria con la misión que nos ha sido confiada. La revisión de nuestras Constituciones nos permitió profundizar en nuestra identidad, fortalecer nuestra comunidad y asumir con renovada esperanza los desafíos que el mundo nos presenta. Algunos de los aspectos más relevantes de esta renovación son:
- Espiritualidad hospitalaria integral: Una invitación a vivir la hospitalidad como una actitud que atraviesa toda nuestra existencia, integrando la oración, la comunidad y el servicio a los más necesitados.
- Formación continua: Un compromiso con el crecimiento personal y comunitario en cada etapa de la vida consagrada, asegurando que nuestra entrega se mantenga siempre viva y actualizada.
- Interculturalidad: El reconocimiento y la integración de la diversidad como una riqueza en nuestra Congregación, favoreciendo la comunión entre hermanas de distintos países y culturas.
- Autoridad como servicio: Un liderazgo basado en la hospitalidad, donde la autoridad se vive con cercanía, escucha y fraternidad, favoreciendo el crecimiento mutuo.
Un compromiso para el futuro
Hoy, más de 140 años después de nuestra fundación, nuestras Constituciones siguen siendo faro y guía en nuestra misión de ser testigos del amor misericordioso de Dios. Con la fuerza del Espíritu y la inspiración de quienes nos precedieron, renovamos cada día nuestro compromiso de vivir la hospitalidad con alegría, acogiendo a los más frágiles y llevando esperanza allí donde más se necesita.