La presencia de personas laicas como un punto importante para el desarrollo de la Obra Hospitalaria
Al hablar de colaboradores, consideramos pertinente basarnos en uno de los valores en que se desdobla la hospitalidad, la “conciencia histórica”, para así recordar que la “congregación, desde sus orígenes y por decisión del propio fundador, siempre ha contado con la colaboración de personas seculares […]”. Con el paso del tiempo, varios factores nos señalan la presencia de personas laicas como un punto importante para el desarrollo de la Obra Hospitalaria no solo por su gran número y diversidad profesional, sino también por su responsabilidad y su compromiso de compartir la misión de la congregación. El Concilio Vaticano II en Lumen Gentium parece acabar con la dicotomía entre lo sagrado y lo profano, y su eclesiología de comunión nos recuerda que los laicos están presentes en el mundo para la transformación del mismo en reino.
La secularidad que los caracteriza no los excluye de la vida de la Iglesia en su organización y sus tareas internas y, por ello, al trabajar en esta nueva visión de Iglesia, y con la aparición de personas laicas en la actividad de nuestros centros, surge, en mayo de 1994, un documento: el PHI (Proyecto Hospitalario Integral). El mismo se presenta como el instrumento que trata de estructurar todas nuestras actividades, proponiendo las líneas generales de actuación para que la Obra Hospitalaria pueda enfrentar, en cada momento, la realidad en constante cambio, adaptando nuestras instituciones a la misma según el estilo que nos caracteriza, buscando siempre articular el progreso científico con la actitud evangélica de la misericordia, como San Benito Menni hizo siempre. En este documento, fruto de la reflexión y el trabajo de hermanas y colaboradores, la comunidad hospitalaria se presenta como una entidad que “en su conjunto, reúne a todas las personas implicadas de alguna manera en la obra hospitalaria” y, entre ellas, aparecen los colaboradores, que como puede leerse en el citado documento, son “todos aquellos que trabajan en nuestros centros, participando con su saber específico y compartiendo una misma historia distintiva, una misma cultura hospitalaria y un mismo objetivo.”
A partir de entonces, los documentos de los Capítulos generales de la congregación mencionan a este grupo de personas en el contexto de una misión compartida que “va más allá de una estricta cooperación en el trabajo y exige asumir el mismo proyecto y el sentido de misión que este alberga”, tal como afirma el XX CG en el número 24. Por su parte, el XXI CG en el número 22 afirma que “la dimensión evangelizadora de la misión es el eje transversal que nos define y que le da sentido a la hospitalidad que, juntos, como comunidad hospitalaria, debemos prolongar en el tiempo […]”. El proyecto hospitalario es el canal a través del cual expresamos nuestro ser: Iglesia de comunión y solidaridad.