Con motivo de la celebración de la fiesta de San Benito Menni Sor Anabela Carneiro, Superiora general, hace un recorrido sobre el momento actual de la Congregación. y nos ofrece las claves de la hospitalidad que hoy estamos llamados a vivir, como Comunidad hospitalaria.
Decimos en el Documento del XX Capítulo general que “la realidad del sufrimiento humano de nuestro tiempo, especialmente en su dimensión psíquica, sigue siendo para nosotros un desafío”. Mirando al legado del San Benito Menni, ¿cuál es la actual situación de la atención a las personas con enfermedad mental a nivel mundial? ¿Qué llamadas tiene la Congregación?
La presencia de la Congregación en 27 países y cuatro continentes nos permite tener una idea de la atención a las personas con enfermedad mental, que es muy distinta en los diferentes contextos geográficos y sociales donde nos encontramos.
Hay países donde no existen políticas de salud mental, los enfermos continúan siendo marginados y estigmatizados, el acceso a medicamentos psiquiátricos esenciales es muy difícil, no se dispone de médicos o técnicos de psiquiatría que respondan a las necesidades de la población, y sobre todo, las condiciones de vida de los mismos enfermos son inhumanas.
Hay otros, donde la asistencia psiquiátrica se contempla en los programas nacionales de salud, con los más variados dispositivos, se acompaña al enfermo en todo el proceso terapéutico, fomentando su reinserción en la sociedad y en el trabajo, se ofrece una asistencia integral que responde a las distintas necesidades de la persona, se dispone de medicinas de “última generación” y de una gran actividad de investigación con vistas a mejorar la salud.
Esta sencilla caracterización de atención a las personas con enfermedad mental en el mundo nos habla de distintos contextos geográficos, sociales y económicos, es cierto; pero es verdad también que en algunos países que podríamos incluir en el primer grupo, se están dando pasos para mejorar la salud mental de la población, mientras que en aquellos que incluimos en el segundo grupo, se está dando el fenómeno de enfermos que, por diferentes razones, quedan fuera de los sistemas de salud.
Son muchas las llamadas que tiene la Congregación y queremos, al estilo de nuestros Fundadores, darles una respuesta eficaz. En algunos contextos tendremos que estudiar nuestras obras y buscar formas de darles continuidad, asegurando a la persona en sufrimiento una asistencia integral con estilo carismático; asimismo, necesitamos establecer alianzas y acuerdos con otras instituciones en favor de la misión, más aún en el contexto de crisis económica que vivimos.
En otros contextos se nos pide responder a la necesidad de implantar dispositivos de atención en salud mental que sean sencillos y se acerquen a las poblaciones, dando a los enfermos el tratamiento que necesitan, educando a las poblaciones, formando técnicos de psiquiatría y creando condiciones para una vida digna.
Nuestras respuestas tendrán que ser diferentes porque diferentes son los contextos donde nos encontramos, pero tienen que caracterizarse por la hospitalidad que cuida la vida y reconoce la centralidad de la persona.