La dignidad para todos en la práctica, 17 de octubre 2022
“La dignidad del ser humano no solo es un derecho fundamental en sí mismo, sino que constituye la base del resto de los demás derechos fundamentales. Por lo tanto, la «dignidad» no es un concepto abstracto: es inherente a todos y cada uno de los individuos. En la actualidad, muchas personas que viven en la pobreza persistente ven denegada y violada su dignidad.” (Naciones Unidas)
Mediante la resolución 47/196, adoptada el 22 de diciembre de 1992, la Asamblea General declaró el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
La celebración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. En este día, más de cien mil personas se dieron cita en París, donde se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) en honor a las víctimas de la pobreza, violencia y hambre. En este día se proclamó la pobreza como una violación de los derechos humanos.
Desde entonces, personas de todos los orígenes y creencias se han unido ese mismo día para renovar su compromiso y solidaridad con los más pobres.
La solidaridad y el apoyo a las personas más vulnerables son dos pilares fundamentales de Hermanas Hospitalarias desde su fundación hace 140 años. Nuestra amplia red asistencial, presente actualmente en 25 países de África, Asia, Latinoamérica y Europa, y la profesionalidad y entrega de Hermanas y Colaboradores nos permite mantener un camino de solidaridad constante, adaptándonos a las circunstancias y necesidades de cada lugar.
El servicio es “en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo.” (Encíclica Fratelli Tutti n.115)
Buscamos cuidar la casa común a través de una ecología integral como nuevo paradigma de justicia, en el que la sustentabilidad del planeta, la equidad hacia los pobres y el compromiso con la sociedad son inseparables.
Desde la solidaridad y la cooperación institucional, de acuerdo con nuestra identidad, la doctrina social de la Iglesia y los principales documentos internacionales en el campo de los derechos humanos, buscamos practicar una solidaridad que testimonia una opción preferencial por las personas más pobres y enfermas, los excluidos, los marginados de la sociedad, involucrando a otros en este compromiso.
Realizamos la misión de la hospitalidad en los lugares más necesitados del mundo a través de la dimensión misionera de la Congregación de Hermanas Hospitalarias por camino de Cooperación al Desarrollo. Un desarrollo que no se mida en el mero crecimiento económico, sino que sea sustentable. Un proceso que promueva la potenciación de las comunidades locales y una cooperación que apoya y complementa los esfuerzos de los países en desarrollo dirigidos a garantizar las normas y servicios sociales básicos a sus ciudadanos, como medio para que ejerzan sus derechos humanos fundamentales.
Poner fin a la pobreza en todas sus formas es el primero de los 17 Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que promete no dejar a nadie atrás.
Cumplir con esta ambiciosa agenda de desarrollo requiere la implementación de políticas extraordinarias para un crecimiento económico sostenible, inclusivo y equitativo, sustentado en el empleo digno, la integración social, la reducción de la desigualdad y el aumento de la productividad.
En la Agenda 2030, el Objetivo 1 reconoce que acabar con la pobreza en todas sus formas y en todas partes es el mayor desafío que enfrenta el mundo y un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.
Todos los que realizamos el servicio hospitalario, desde distintas visiones unificadas por la Hospitalidad, somos como el buen samaritano: no pasamos de largo, miramos, vemos, nos dejamos conmover y, compasiva y solidariamente, actuamos.