Les presentamos a Ángela Tirigalli, animadora sociocultural de nuestro centro de Albese en la Provincia de Italia.

¿En qué consiste exactamente el trabajo del animador sociocultural y cuál es su importancia en un entorno como el nuestro?

Acompañar a la persona, al grupo, a la comunidad hacia un proceso de cambio, ayudándoles a encontrar los recursos útiles para alcanzar su bienestar, partiendo de un análisis de necesidades. Incluso en un entorno como el nuestro en el que las limitaciones pueden impedir proyectarse hacia el futuro y los recursos parecen agotados.

¿Cuáles son las principales metas y objetivos que persigue cuando interactúa con el centro de Albese?

El objetivo principal es escuchar, acompañar y apoyar al huésped, al familiar y al operador mediante gestos de cercanía y atención. El equipo comparte un enfoque multidisciplinar que permite atender al residente y a los familiares en todos sus aspectos.

El objetivo principal, entonces, es crear una auténtica relación individual y colectiva a través de la toma de conciencia de las acciones que cada uno de nosotros realiza en los gestos cotidianos de los cuidados.

En los pabellones en los que trabajo (estados vegetativos y discapacidades graves), el componente social se integra con el sanitario para construir una dimensión acogedora en la que se transforma un entorno «extraño» en un espacio familiar que se acerque a la idea de hogar: Villa San Benedetto como un hogar en el que encontrarse, recibir cuidados.

¿Cuáles son las actividades o programas más populares que han desarrollado para los pacientes de nuestro centro?

El proyecto formativo iniciado en 2017 y finalizado en 2018 denominado «Una luz para no quedarse a oscuras» el Aula de los Sentidos.

El punto de partida de este proyecto fue un curso de formación sobre los 5 sentidos dirigido a operadores y familiares a través de una serie de encuentros.

Este recorrido experimental permitió empezar a construir un nuevo enfoque relacional a través de una mirada compartida con todas las figuras asistenciales para leer las necesidades, personalizando al máximo las intervenciones proponiendo múltiples lenguajes. 

La conclusión de este proyecto supuso la creación de la sala sensorial, un lugar envolvente y acogedor compuesto de luces, colores, esencias, música, en cuyo interior la persona está acompañada por su cuidador. Puede sentirse segura gracias a quienes están a su lado. La sala sensorial, con su enfoque basado en los sentidos, sigue siendo experimentada a diario por varios departamentos, y se ha convertido en un modelo para acercarse a la persona en estado vegetativo incluso durante su aseo personal. Más allá de un lugar donde el cuidador puede regenerarse.

¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrenta?

El primer reto es la gran complejidad de las patologías, dada la heterogeneidad de la casuística, lo que exige una gran flexibilidad profesional y una apertura al cambio a lo largo del camino. Se trata de emprender un camino de acompañamiento asistencial y de hacerse cargo.

El segundo reto es garantizar la continuidad y la calidad de la relación dada la rotación del equipo.

¿Puede compartir alguna experiencia relevante o caso de éxito que haya presenciado durante su carrera como animador sociocultural?

«El Núcleo se siente como en casa”

Una programación compartida con el equipo que garantiza un calendario anual que abarca las necesidades de encuentro de los nuevos huéspedes y sus familias, cuidando de alternar momentos significativos con pesos y características diferentes.

Una propuesta construida colaborando con un equipo de profesionales externos, expertos en terapias complementarias, con el fin de mejorar el bienestar de toda la sala. 

Experiencias de estimulación multisensorial a través de musicoterapia, lecturas en voz alta, aromaterapia, meditación guiada y talleres de repostería.

Este calendario continuo ofrece la oportunidad de tejer una red de relaciones en la que, con cada encuentro, se facilita el intercambio entre personas con importantes cargas emocionales.

¿Cómo coordina y colabora con el resto del personal sanitario del hospital para ofrecer un enfoque holístico de la atención al paciente?

Para coordinarse y colaborar, la trabajadora social opta por implicar constantemente al equipo de la planta en la identificación de necesidades y la puesta en común de proyectos. Una elección de planificación participativa que considera a los demás necesarios e importantes para compartir y formar parte del cambio que se está produciendo.

Para garantizar un enfoque holístico de la atención al huésped, el animador implica a un equipo de profesionales externos que proporciona herramientas relacionales a todo el equipo.

¿Cómo ve el futuro del trabajo sociocultural en los hospitales y qué perspectivas tiene para seguir mejorando los servicios que ofrece?

Los servicios en el futuro pueden mejorarse potenciando las experiencias exitosas anteriores, escuchando las nuevas necesidades y adquiriendo recursos económicos adicionales para promover y garantizar la continuidad y la formación de los operadores en la atención global de los pabellones.

Por último, San Benedetto Menni, fundador de las Hermanas Hospitalarias, dejó un importante legado en el cuidado de los enfermos y los necesitados. ¿De qué manera la vida y la obra de San Benedetto Menni inspiran y guían su enfoque y su compromiso con la atención a los pacientes en nuestro centro hospitalario?

El carisma de San Benito Menni está presente entre nosotros siempre que podemos ser Hospitalarios, acogiendo y cuidando a los más pequeños. En la rutina diaria de la vida en el pabellón, cada uno de nosotros intenta ser testigo de una actitud de hospitalidad y cuidado para ofrecer un tiempo de calidad, incluso cuando nos enfrentamos al misterio de acompañar a la muerte.

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