La historia, los pasos y los desafíos de nuestra Congregación han buscado, a lo largo del tiempo, dar respuestas a las necesidades más urgentes de cada época, consecuentes al llamamiento de Jesús, Buen Samaritano, que paso por el mundo haciendo el bien. Por eso, el próximo 3 de diciembre celebramos el 50 aniversario de la presencia de Hermanas Hospitalarias en Argentina. 

Las Hermanas Hospitalarias comenzaron una nueva misión en Argentina en una época clave. En el año 1971 se inició el camino de la fundación, de la mano de las hermanas Sor Consuelo López, (Superiora viceprovincial de Barcelona), la cual se dirigió a Sor Piedad del Corazón de María Núñez (Superiora general), solicitando permiso para abrir una nueva casa, e instalar una Comunidad “para Gloria de Dios y Alivio de la Humanidad Doliente”, en Argentina.

En febrero de 1971, sor Consuelo y sor Piedad emprendieron el primer viaje a América Latina, con el corazón puesto en la fundación, aun sin tener la menor idea de cómo lo iban a llevar a cabo. Al llegar a Argentina los Hermanos de San Juan de Dios las recibieron con gran cariño, hospedándolas en una de sus casas y, con la ayuda de ellos, al poco tiempo encontraron una hermosa finca en venta, muy apropiada para los fines hospitalarios que las hermanas anhelaban.   

Ante la gran demanda social y la realidad de abandono que vivían muchos ancianos, la Congregación vio necesario el cuidado urgente de estas personas. Después de un gran proceso fundacional y con todas las aprobaciones civiles correspondientes inauguraron el “Hogar Nuestra Señora de Belén” el 3 de diciembre de 1971, administrado por cuatro hermanas: Sor María Luisa Agudo, Sor Presentación Orcaray, Sor Teresa Pérez de Ovano y Sor Isabel Barcala.  Actualmente, Sor Presentación Orcaray continúa en el centro.

El primer año de actividad, el centro, recibió a tan solo tres residentes, pues la totalidad del trabajo, en aquel tiempo, lo hacían las hermanas. Poco a poco, el centro fue creciendo y, a día de hoy, cuenta con un equipo multidisciplinar muy bien preparado a nivel profesional y carismático.

Cabe señalar que, esta casa fue durante muchos años sede de la Delegación de Argentina, la cual estaba conformada por los siguientes países; Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay. La Delegación fue creciendo y pasó a ser Viceprovincia, hasta el momento de la unificación de la provincia en América Latina.

La huella de la hospitalidad

Además, el 22 de enero de 1983, por derecho canónico, quedó instituido el noviciado de la Delegación de Argentina, en esta comunidad. Son muchas las hermanas que pasaron por esta Comunidad, movidas por la llamada de Jesús a hacer presente el amor Misericordioso de Dios. Cada una de ellas dejó, con su esfuerzo y trabajo incansable, la huella de la hospitalidad en los corazones de las personas atendidas.

Durante estos 50 años de historia, la actividad asistencial que se realiza en el centro es el cuidado integral de personas mayores, tanto a nivel asistencial como humano y espiritual. En este sentido, una tarea importante que realizan, es la asistencia espiritual y la escucha activa de los residentes. Labor que las hermanas complementan con su presencia activa y carismática, junto a los colaboradores especializados.

En la actualidad, el centro cuenta con 95 camas de larga estancia, 65 colaboradores y con una comunidad de 8 hermanas, de las cuales dos son Junioras, por lo que continúa siendo una comunidad formativa. La aportación de nuestra presencia, a nivel social, es muy significativa, puesto que con la práctica de la hospitalidad se han podido disminuir problemáticas como: el abandono del anciano y su cuidado. En este sentido, nuestra Institución también ha contribuido en la creación de fuentes estables y dignas de trabajo, aportando así a un mayor desarrollo social y económico en la zona.

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