¡Familia Hospitalaria! Hoy es un día muy especial para nosotros. ¡Un día como hoy nació una de nuestras fundadoras, María Josefa Recio Martín!
Nos gustaría compartir con ustedes un breve resumen de su vida y recordar así nuestra historia: los comienzos de las Hermanas Hospitalarias. María Josefa Recio Martín nació el 19 de marzo de 1846 en Granada (España), en el seno de una familia cristiana. Tuvo una educación muy marcada por la solidaridad y la fraternidad hacia los más desfavorecidos de la sociedad granadina del momento.
En 1886, contrajo matrimonio con Antonio Fernández Amador. Sin embargo, quince años después quedó viuda a los 33 años.
A partir de 1871, profundiza en su amistad con Mª Angustias Giménez Vera, tanto a nivel humano como espiritual. Bajo la invitación del P. Menni en 1880, marchan juntas a Ciempozuelos (Madrid) para fundar la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Les dijo: “Hijas mías, si queréis, podéis venir. Lo he pensado todo… y creédmelo, vuestro deseo es la voluntad de Dios”.
Movidos por este gran llamado, fundaron la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús el 31 de mayo de 1881. María Josefa Recio Martín fue la primera Superiora General de la Congregación y el día de su profesión tomó el nombre de María Josefa del Santísimo Sacramento.
Dos años más tarde, el 30 de octubre de 1883, murió en Ciempozuelos, a consecuencia de los la agresión recibida por una mujer con enfermedad mental. María Josefa murió víctima de su heroica caridad y hospitalidad, respondiendo en todo momento a su vocación.
Tuvo una vida corta, pero dio muchos frutos: su ejemplo sigue siendo una luz que brilla en el cielo de la Hospitalidad, siendo un modelo para todos nosotros. Su legado espiritual se condensa en sus escritos, entre los cuales destaca su Testamento, que tiene un gran valor para toda la Familia Hospitalaria.
El proceso de canonización se inició el 21 de junio de 1991, y el 10 de mayo de 2012 el Papa Benedicto XVI la declaró Venerable por haber vivido las virtudes cristianas de un modo honorable y destacable.
Nuestra vocación es la Hospitalidad como compromiso de vida. Mediante gestos hospitalarios hacia la persona que sufre, queremos narrar la misión sanadora de Jesús como el Buen Samaritano y de María como primera hospitalaria.
De esta manera, este 19 de marzo, las Hermanas Hospitalarias queremos conmemorar el legado que nos dejó nuestra fundadora y que sigue vivo entre nuestra familia. Le agradecemos de todo corazón su entrega plena a la Congregación, a los enfermos y necesitados, pero, sobre todo, a Dios. María Josefa siguió en todo momento el ejemplo de Nuestra Madre María y de Jesús, quienes aceptaron dócilmente la voluntad del Padre, acogiendo todo lo que eso pudiese implicar.
¡Gracias, María Josefa, por tu ejemplo y por guiar nuestros pasos desde el Cielo y hacia el Cielo!