Al cerrar el 2024, nos invade una profunda alegría y gratitud por todo lo vivido y compartido durante este tiempo. Ha sido un año marcado por los frutos del XXII Capítulo General, un encuentro que nos llenó de esperanza, renovación y compromiso con nuestra misión de hospitalidad.
Ha sido asimismo un tiempo de gracia en el que fortalecimos nuestros lazos fraternos y renovamos nuestro compromiso con quienes más lo necesitan. Hemos sido testigos de historias de entrega, compasión y servicio que reflejan el carisma hospitalario en su máxima expresión. En cada encuentro, en cada gesto de amor y cuidado, hemos procurado acompañar el sufrimiento de nuestros hermanos, aprendiendo a descubrir sus necesidades, incluso aquellas que no se expresan con palabras.
Marcado por la misericordia, comienza un sexenio con metas claras:
- Ser abrazo que sana y genera comunión.
- Vivir un amor sin límites.
- Ser expresión de la iglesia samaritana.
- Sentir la fuerza evangelizadora de la misericordia.
Elevamos una oración a nuestros fundadores: San Benito Menni, la Venerable María Josefa Recio y María Angustias Giménez, para que sigan intercediendo por esta misión que nos ha sido confiada.
Con gratitud y esperanza, nos preparamos para recibir un nuevo año, con el corazón dispuesto y la hospitalidad como bandera.