Ya hemos recorrido dos semanas de este tiempo de Cuaresma, y para llegar al día de hoy, tercer domingo de este tiempo fuerte, en el que Jesús nos llama imperiosamente a vivir con Él la maravillosa experiencia de la donación total, que ha de permitirnos llenar de verdadera vida, nuestra existencia.
La palabra que este domingo el Señor nos da, es clara y terminante, mostrándonos a Cristo como el verdadero templo vivo de Dios; y nos manifiesta que el templo es el lugar del encuentro entre nosotros y Dios, siendo también cada uno de nosotros, cada cristiano, también su templo, ya que por el Bautismo hemos recibido la vida de Dios y Dios habita en nosotros.
¡Feliz semana!