Buenos días.
La invitación a la conversión sigue sonando en este tiempo de Cuaresma.
En las lecturas del tercer domingo, Dios, que se manifiesta como el que actúa en la historia, ha visto la aflicción de su pueblo y, con la ayuda de Moisés, está dispuesto a salvarlo de la esclavitud. Pero, como dice la carta a los Corintios, una parte de este pueblo liberado y en camino hacia la tierra de promisión no llegó a alcanzar la meta por su maldad. Jesús nos hablará de la higuera que no da fruto. Una estupenda ocasión para descubrir la gran paciencia que Dios tiene con cada uno de nosotros, a pesar de que nuestra existencia no siempre da los frutos esperados.
¡Feliz semana!
Con música sabe mejor…