El Arzobispo de Río de Janeiro (Brasil), Mons. Orani Tempesta, afirmó que la JMJ tuvo un impacto positivo en el país, no solo económico sino espiritual.

El Arzobispo de Río de Janeiro (Brasil), Mons. Orani Tempesta, afirmó que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) tuvo un impacto positivo en el país, pero no solo en cuanto a números e ingresos económicos, sino porque «Copacabana nunca vio tanta gente en paz, alegre y comprometida con la construcción de un mundo mejor», en alusión a los 3,7 millones de jóvenes que llenaron la playa durante la Misa de clausura.

«Fue un evento sin violencia, sin depredaciones. Y esas señales positivas que vimos en la juventud deben perdurar. Queremos que esos jóvenes, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, sigan siendo protagonistas de un mundo nuevo», apuntó.

Con respecto a la afluencia de peregrinos, el Prelado informó que estos fueron aumentando conforme se acercaba la Misa de clausura. Así, el primer día de la JMJ, los eventos en Copacabana, la Quinta da Boa Vista, Río Centro y otros, reunieron a 600.000 personas; sin embargo, ya en la Vigilia del sábado 27 se contaba con 3,5 millones de peregrinos, número que creció a 3,7 millones para la Eucaristía final presidida por el Papa Francisco.

Asimismo, indicó que hubo 427 mil inscripciones de 175 países, la mayoría proveniente de Brasil, seguido de Argentina, Estados Unidos, Chile, Italia, Venezuela, Francia, Paraguay, Perú y México. El 55 por ciento de los inscriptos fueron mujeres y el 45 por ciento restante hombres. El 60 por ciento del público participante tenía entre 19 y 34 años.

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