La Casa de Saúde Nossa Senhora de Fátima, de Hermanas Hospitalarias y fundada en febrero de 1972, celebra su 50 aniversario prestando servicios sociosanitarios en el municipio de Pirituba, en Brasil.
Hoy, recordamos con afecto al grupo de Hermanas Hospitalarias que formaron la primera comunidad y fueron pioneras de esta gran obra: Las hermanas Alice de Jesus Fernandes, Amélia de Jesus Martins (trasladada desde la Casa de Saúde de Nossa Senhora do Caminho), Maria Clara Escada, Conceição Esteves Martins y Maria Isilda Gomes, que llegaron de Portugal en enero de 1972. En octubre de ese mismo año llegó la hermana Cecília da Encarnação Rocha.
El objetivo de la Congregación siempre ha sido atender a las personas con enfermedad mental aunando ciencia y caridad. De ahí la preocupación por seleccionar buenos profesionales que, asociados al carisma de la hospitalidad e imbuidos de sus valores, marquen la diferencia en la atención al paciente.
Los primeros acuerdos por la institución fueron con el Hospital do Servidor Público Municipal, que comenzó a tratar a las primeras 19 pacientes el 16 de marzo, y la Coordenadoria de Saúde Mental, que hizo lo mismo con las primeras 30 pacientes el 8 de abril. La ampliación de este acuerdo con la CSM nos permitió participar en el proceso de desmantelamiento de Juquery, que en ese momento albergaba a unos 15 000 pacientes. Recibimos 100 de estas pacientes en tan solo dos días, el 27 y el 28 de diciembre de 1973. No fue una tarea fácil: había que individualizar los cuidados, diagnosticar y devolver la dignidad a quienes la habían perdido por la enfermedad y el largo periodo de hospitalización. Las recibimos como nuestro regalo de Navidad de ese año, mientras aprendíamos a vivir lo que dice Jesús en Mateo 25:40: “Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. Y que San Benito Menni, nuestro fundador, siempre nos enseñó a ver en los enfermos la “viva imagen de Jesús”.
Atención en Salud Mental
El centro de salud siempre ha tenido como objetivo atender a las pacientes cuyo estado de enfermedad era agudo, reagudizado o crónico, y fue necesario redoblar los esfuerzos de todo el equipo médico y técnico en su rehabilitación y reinserción social.
Esta experiencia nos confirmó en la certeza de que, como hermanas hospitalarias, se nos ha llamado con una vocación especial (carisma) y enviado a marcar la diferencia en la vida de estos enfermos. ¡Esa es nuestra misión!
Miramos con ESPERANZA al futuro creyendo en la actualidad del carisma y en la necesidad de la misión. Hoy en día, con la apertura a nuevas realidades como la dependencia química, las personas ancianas con demencia y las formas alternativas de tratamiento: hospital de día, CAPS, residencias terapéuticas…, con las que la Congregación ya cuenta en la zona sur de São Paulo, así como el Centro Integrado de Saúde Nossa Senhora de Fátima, por el que han pasado más de 68 000 pacientes.
Actualmente tenemos una capacidad de 190 camas, con 105 pacientes admitidos y el resto en negociación. Además, el centro cuenta con 95 colaboradores y tres hermanas, así como con nueve proyectos extrahospitalarios en colaboración con el ayuntamiento de São Paulo, en los que trabajan 278 profesionales.
Celebrar 50 años es afirmar que valoramos el camino recorrido y que nos ponemos ante la voluntad de Dios para el futuro.
