Un gesto, un tiempo, una presencia que transforma vidas.
El voluntario hospitalario se distingue por su estilo de acogida gratuita y solidaria a la persona necesitada y vulnerable, preferentemente a las personas con enfermedad mental, discapacidad intelectual y otros enfermos.
Una historia con raíces profundas.
La presencia del voluntariado en la Congregación de Hermanas Hospitalarias se remonta a sus orígenes. En San Benito Menni, su fundador, tiene el referente más significativo ya como voluntario en Milán (Italia) atendiendo a los heridos procedente de la guerra de Magenta (1859) o en España como voluntario de la Cruz Roja en las guerras Carlistas (1873-1876).
La presencia del voluntariado en la Congregación de Hermanas Hospitalarias se remonta a sus orígenes. En San Benito Menni, su fundador, tiene el referente más significativo ya como voluntario en Milán (Italia) atendiendo a los heridos procedente de la guerra de Magenta (1859) o en España como voluntario de la Cruz Roja en las guerras Carlistas (1873-1876).
Los voluntarios son miembros de la comunidad hospitalaria y, de forma libre, gratuita y corresponsable, enriquecen con sus propios dones el servicio hospitalario.
En la práctica, su acción expresa y transmite el valor de la sensibilidad de cara a los excluidos, genera un entorno relacional que contribuye a la humanización de la asistencia y humaniza a aquellos que realizan ese servicio”.