Ser Laico Hospitalario es responder, desde tu vida cotidiana, al llamado a cuidar, acompañar y servir a los más vulnerables, compartiendo el carisma hospitalario con las Hermanas y toda la comunidad.
Es vivir tu fe desde el compromiso concreto, formando parte de una misión que transforma vidas —incluida la tuya.
No. Como laico, no hacés votos religiosos ni vives en comunidad, pero sí te unes espiritualmente y en misión a quienes comparten este carisma. Vives la hospitalidad desde tu lugar en el mundo, como parte activa de una gran familia hospitalaria.
Puedes participar en actividades concretas como:
Voluntariado en centros hospitalarios o sociales.
Encuentros de formación y oración.
Acompañamiento a personas frágiles o excluidas.
Difusión del carisma hospitalario en tu entorno.
Los mismos que inspiran a la Congregación: compasión, servicio, espiritualidad, escucha, cuidado del otro, y compromiso con quienes más lo necesitan.
Si sentís una llamada interior al servicio, a cuidar, a estar cerca de los que sufren, y te atrae el espíritu de las Hermanas Hospitalarias, es posible que esta vocación esté resonando en tu corazón. Te invitamos a descubrirla sin compromiso, a tu ritmo y acompañado/a.
Puedes sumarte a un grupo de Laicos en tu país o empezar con una experiencia concreta, una jornada, una conversación o un tiempo de voluntariado. Solo necesitas una apertura sincera y el deseo de caminar con otros en esta misión.
Desde que estoy aquí, me ha conmovido cómo muestran su hospitalidad.
La Congregación Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús nace el año 1881, y desde entonces, el dinamismo de la misión hospitalaria no ha dejado de convocar a personas, que han colaborado y colaboran tanto con sus bienes materiales como espirituales, son los amigos y los bienhechores.
Más tarde, el aumento significativo de la presencia de los colaboradores fue decisiva para continuar con el proyecto hospitalario, que pedía sensibilidad por la persona que sufre y una mayor especialización.
Esta participación se ha desarrollado a lo largo de nuestra historia de forma progresiva y gradual, imprimiendo una creciente valoración de la complementariedad entre la acción de las hermanas y la de los seglares, en orden a una asistencia integral, de calidad, según la cultura hospitalaria y en consonancia con los avances de la ciencia.
En este camino de servicio, algunos colaboradores se sienten llamados a ser continuadores, no sólo de las actividades, sino también del espíritu y carisma de nuestros Fundadores, respondiendo desde su profesionalidad.
El contacto con la misión hospitalaria hace que muchas personas desarrollen una sensibilidad particular, hacia el carisma hospitalario y descubran en él un significado nuevo para su vida. Son personas que comparten la fe en Jesucristo y encuentran en el carisma hospitalario el modo, concreto, de vivir y expresar su compromiso cristiano en la sociedad. Así en diversos lugares de la geografía congregacional se van formando grupos de Laicos hospitalarios, que buscan vivir su fe cristiana con el compromiso de servicio a las personas asistidas en nuestras obras presentes en su entorno.