Este tiempo de Adviento, en que nos preparamos para la Navidad, para la conmemoración del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, debe llevarnos a prepararnos también, no sólo para su segunda venida al final de los tiempos, sino para recibirlo en cada momento de nuestra vida.
Las lecturas de este domingo nos advierten sobre la venida del Señor, expresada en Isaías como anhelo de un pueblo que se reconoce lejos de Dios, y que clama, como leemos en el salmo, para ser restaurado por su poder. En la segunda lectura y el evangelio, la perspectiva cambia: los cristianos ya han reconocido la venida de Dios en Jesús de Nazaret. Por eso la recomendación es esperar vigilantes y comprometidos en la construcción del Reino.