Buenos días.
La eucaristía del Decimoctavo domingo del Tiempo Ordinario, nos propone primero la reflexión sobre la sabiduría de Dios y después nos incita a participar en la mesa del Señor para aprender a compartir.
Las lecturas nos invitan, por tanto, a reflexionar sobre nuestra relación con el dinero, con las riquezas en general. El pasaje del Eclesiastés nos pide tener cuidado con poner una confianza absoluta en las riquezas materiales. El pasaje del evangelio de Lucas insiste en esta advertencia y la carta a los Colosenses nos recuerda que, por el bautismo, nos hemos comprometido a llevar una vida nueva en Cristo. Ésa es nuestra auténtica riqueza. Atesoremos en el cielo.