Buenos días.
En el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario la liturgia nos invita a escuchar con gozo la Palabra de Dios, que nos muestra el camino de la salvación.
El profeta Nehemías y el salmista insisten en la lectura y la meditación de la Escritura. El pueblo restaurado tras el exilio inicia su nuevo caminar con la lectura del libro de la ley.
En su carta a los Corintios, que empezamos a leer el domingo pasado, Pablo, después de dar la consigna de la unidad en medio de tantos dones y carismas que parecen enriquecer a aquella comunidad, les presenta una argumentación para asegurar este criterio de unidad: la comparación con el cuerpo humano.
Empezamos la lectura del Evangelio de San Lucas, quien nos presenta la primera predicación de Jesús en la Sinagoga de su pueblo, anunciando el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Tanto Nehemías como Jesús insisten en el “hoy” como día consagrado a Dios, como tiempo de salvación, como ocasión para la alegría y la celebración
¡Feliz semana!
Con música sabe mejor…