Buenos días.
Si el domingo pasado en la liturgia nos invitaba Jesús a la vigilancia, este pone el acento en la fortaleza que necesitaremos para ser coherentes con nuestra decisión de seguirle a él.
Las palabras del profeta Jeremías, que él defiende como recibidas de Dios, provocan a su alrededor rechazo y división. Lo mismo sucede con Jesús hoy: sabe que su mensaje va a causar divisiones y conflictos entre quienes se acerquen al fuego de su Evangelio. En medio de estas dificultades, la segunda lectura, de la carta a los Hebreos, es una llamada a la constancia y a la perseverancia, manteniendo nuestros ojos fijos en Cristo.
¡Feliz Semana!