Buenos días.
Celebraremos este domingo el segundo de Cuaresma, que nos introduce en el misterio de la transfiguración en lo alto del monte Tabor.
Además, se celebra el día del seminario con el lema «Sembradores de esperanza».
Acompañemos al Señor a lo alto del monte de la transfiguración con el deseo de contemplar su gloria y de acoger las palabras que Dios Padre desea dirigirnos a cada uno de nosotros: «Este es mi Hijo, el elegido, escuchadlo». Y, así, escuchando la voz del Buen Pastor, pidamos y demos gracias por nuestros sacerdotes y nuestros seminarios, rogando al dueño de la mies que suscite numerosas vocaciones al sacerdocio para bien de nuestra diócesis, de su Iglesia y del mundo.
La primera lectura pertenece al libro del Génesis y nos presenta la vocación de Abrahán, padre de la fe, a quien Dios promete bendecir por su fidelidad. Esta vocación genérica es propia de todo cristiano y, como señala san Pablo en la segunda lectura, consiste en la llamada del Señor a llevar una vida santa, como verdaderos ciudadanos del cielo ya aquí en la tierra. El relato de la transfiguración, por su parte, que escucharemos en el Evangelio, nos invita a contemplar y acoger la gloria de Cristo, el Hijo amado, para escuchar su palabra y dejarnos transformar interiormente por él.
¡Feliz semana!
Con música sabe mejor…