El suicidio es una crisis de salud pública global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, más de 700,000 personas pierden la vida debido al suicidio. Este problema no solo impacta a las personas directamente afectadas, sino que también tiene un efecto devastador en las familias, las comunidades y las sociedades en general. De estos fallecimientos, el 77% ocurre en países de ingresos bajos y medianos, subrayando la urgencia de abordar esta crisis en contextos de vulnerabilidad económica.
La Importancia de la prevención
La prevención del suicidio es esencial y posible. Como destaca Vanessa Muñoz, psiquiatra y directora médica del Centro Hospitalario Padre Menni de Hermanas Hospitalarias, “El suicidio es una de las tres principales causas de mortalidad en todo el mundo y primeras causas de mortalidad en jóvenes. Provoca más de un millón de fallecimientos cada año. En el 90% de estos casos, la persona sufría algún tipo de enfermedad mental. Pero ya sabemos que la prevención del suicidio es posible.”
Muñoz también destaca la importancia de abordar factores de riesgo sociales, económicos y culturales que están presentes en nuestra cotidianidad, y que contribuyen al aumento de casos. “Un factor, dentro de muchos, que desde el Centro estamos convencidos en trabajar es la información y educación para la prevención.”
Estrategias de Prevención
La OMS ha propuesto el enfoque VIVIR LA VIDA, que incluye cuatro intervenciones clave para la prevención del suicidio:
- Limitar el acceso a medios de suicidio: Implementar restricciones a plaguicidas tóxicos y armas de fuego.
- Interactuar con los medios de comunicación: Promover una cobertura responsable del suicidio.
- Desarrollar habilidades socioemocionales en adolescentes: Fomentar capacidades para enfrentar el estrés y las dificultades.
- Detección y gestión oportuna: Identificar y atender a personas con conductas suicidas de manera rápida y efectiva.
Esto es lo que debes saber:
Está bien hablar del suicidio. Preguntar a alguien si está pensando en suicidarse no lo impulsa a actuar, sino que a menudo reduce la ansiedad y le ayuda a sentirse comprendido.
Signos de alerta a tener en cuenta:
- Cambios drásticos de humor.
- Retraimiento social.
- Expresión de pensamientos o planes para terminar con su vida.
- Comentarios como “Nadie me echará de menos cuando me haya ido” o “No tengo razones para vivir”.
- Búsqueda de métodos para suicidarse.
- Despedidas de familiares y amigos.
- Regalos de posesiones valiosas.
En Hermanas Hospitalarias trabajamos desde hace más de 143 años en nuestros centros sociosanitarios en la prevención del suicidio y en la eliminación del estigma asociado. ¡Busca ayuda! Si tú o alguien que conoces está en riesgo, no dudes en buscar apoyo profesional. La intervención oportuna puede salvar vidas.