El miércoles comenzamos la ruta de Cuaresma, camino hacia la Pascua. Durante estos domingos y la Semana Santa, seremos testigos del inmenso amor que Dios nos tiene, llamándonos a la conversión y arrepentimiento, para gozar de la Resurrección de Cristo.
Cada año, el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo de reflexión, conversión y preparación para la celebración de la Pascua. Durante estos 40 días, la Iglesia nos invita a renovar nuestra fe, fortalecer nuestra relación con Dios y practicar el ayuno, la oración y la caridad.
Muchas veces confirma Jesús con su autoridad lo que la sabiduría humana y el sentido común consideran ya como virtudes: el respeto a los demás, la prudencia, la discreción.
En el sexto domingo del tiempo ordinario, el Señor nos prepara, a través de las lecturas, para tomar el camino correcto, que nos conduce a la felicidad plena.
Las lecturas del V domingo del Tiempo Ordinario giran en torno a la llamada de Dios, que siempre sorprende: a Isaías, a Pablo, a Pedro y a los primeros discípulos.
El domingo se cumplen cuarenta días que celebrábamos la Navidad, que Dios se hacía uno de nosotros, entonces reconocimos, como la Luz venida a este mundo para que todos podamos vivir con la dignidad de ser sus hijos.