Del 16 al 22 de octubre celebramos la Semana Misionera Hospitalaria, en colaboración con los Hermanos de San Juan de Dios.
Queridos Colaboradores, Voluntarios, Hermanas y Hermanos:
Cada año, el Papa publica un mensaje para la JMM publicado en el día de Pentecostés. En el encontramos:
- Un recordatorio de algunos de los fundamentos de la misión;
- Un resumen de las grandes intuiciones del Papa sobre el tema, (intuiciones que se encuentran desarrolladas más ampliamente en otros textos ya publicados, y más oficiales, como encíclicas o exhortaciones)
- Una línea o dos sobre un aspecto o nota particular, una idea adaptada al año en curso, o un punto de insistencia en un tema querido por el Papa.
El mensaje para JMM 2017 incorpora los mismos cimientos de la misión, que ya claramente están anunciados en el título del mensaje: “La misión en el corazón de la fe cristiana”. La misión tiene sus raíces en el corazón mismo de la fe cristiana, y el corazón de la fe cristiana puede describirse acertadamente como una misión.
Por lo tanto, el primer misionero es Cristo mismo. La Iglesia que continúa la obra de Jesús es misionera por naturaleza, es su función el anunciar el Evangelio, es la buena noticia de parte de Dios (n°1 del mensaje). Por lo tanto, la misión es volver a los orígenes (al fundamento): Jesús es el único verdadero misionero, el primer misionero; los discípulos de Jesús (los cristianos) son misioneros por delegación (n°2 y 3). Uno solo es misionero: Jesús. Y por ello, todos son misioneros: todos los discípulos, discípulos-misioneros como le gusta llamarlos el papa Francisco. La misión coincide con la responsabilidad del cristiano, de todos los cristianos, no es una tarea para una categoría particular de cristianos, una especie de cuerpo de élite dentro de la Iglesia; es el deber de todos.
Un punto de insistencia en el mensaje de este año concierne los jóvenes.
Uno solo es misionero: Jesucristo. Por tanto, todos son misioneros: los cristianos. Y entre ellos, también y especialmente los jóvenes (n° 9). La preparación del próximo Sínodo sobre la juventud, la fe y la vocación es una oportunidad para que los jóvenes puedan ejercer esta tarea misionera, que coincide con su responsabilidad de cristianos en la sociedad y en la Iglesia.