¿Sabías que el Trastorno Límite de la Personalidad afecta aproximadamente al 1-2% de la población general?

Os presentamos a la psiquiatra y psicoterapeuta Dra. Vanni Giovanna que coordina el Servicio de Psicología en el Centro Casa di Cura San Benedetto Menni de Albese Con Cassano, en la Provincia de Italia. Desde hace varios años trabaja con el equipo de psicólogos sobre el Trastorno Límite de la Personalidad.

¿Qué es el Trastorno Límite de la Personalidad? ¿Cuáles son sus síntomas?

El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se caracteriza por la inestabilidad permanente del estado de ánimo, la autoimagen, las relaciones interpersonales y la impulsividad. Es uno de los trastornos de la personalidad más estudiados y representa más del 20% de la población de pacientes psiquiátricos ambulatorios. La edad de aparición suele ser al principio de la edad adulta, pero cada vez más, los adolescentes presentan rasgos de este trastorno que alarman tanto a las familias como a los clínicos.

Las personas con TLP suelen temer intensamente el abandono y pueden reaccionar de forma exagerada ante situaciones de pérdida o rechazo. Las relaciones interpersonales tienden a ser turbulentas e inestables, oscilando entre extremos de idealización y devaluación. Este modo dicotómico «blanco/negro» se dirige también hacia ellos mismos, confiriendo una inestabilidad también en su sentido de la identidad. Las personas con TLP presentan fluctuaciones emocionales muy rápidas e intensas y suelen actuar impulsivamente sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Estos comportamientos pueden manifestarse en diversos ámbitos de la vida, como el gasto excesivo, el abuso de sustancias, la actividad sexual promiscua, las autolesiones y la conducción temeraria. A menudo se ponen en práctica para regular (disfuncionalmente) emociones intensamente dolorosas, como la ira, pero no sólo eso. Pueden experimentar una sensación persistente de vacío emocional y episodios transitorios de paranoia o disociación, durante los cuales pueden percibir el mundo que les rodea de forma distorsionada o sentirse ajenos a la realidad. Por desgracia, su malestar puede ser tan intenso que les lleve al suicidio.

¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan las personas con Trastorno Límite de la Personalidad en su vida diaria?

Los síntomas pueden variar en intensidad de un individuo a otro y pueden afectar significativamente a la capacidad de una persona para desenvolverse eficazmente en la vida cotidiana.

Los retos de la vida diaria son múltiples. En tiempos en los que las crisis son más frecuentes, incluso el mero hecho de mantenerse con vida es un reto diario. Son personas que sufren dolores constantes, es como si estuvieran quemadas y cada ráfaga de viento renovara un dolor agudo. Es difícil, por tanto, mantener la coherencia en las relaciones interpersonales y en el trabajo, lo que inevitablemente se refleja en la imagen que tienen de sí mismos.

¿Cómo pueden los familiares y amigos apoyar mejor a alguien que vive con este trastorno?

Es necesario que los familiares no culpabilicen a quienes padecen este trastorno, pero no es fácil. Es necesario informar y educar a las familias sobre el trastorno.

 A nivel internacional, la National Education Alliance for Borderline Personality Disorders ha puesto en marcha un tratamiento basado en la evidencia para apoyar a los familiares y aliviar su carga emocional y física llamado “Family Connections” que consiste en 12 sesiones informativas, educación sobre el trastorno y la práctica de algunas técnicas de la Terapia Dialéctica Conductual, uno de los tratamientos más eficaces para este trastorno y el más estudiado con programas de investigación. Los familiares de personas con TLP tienen una carga familiar mayor que los familiares de otras personas con trastornos mentales.

¿Cuáles son algunas de las terapias más efectivas que ha encontrado en su trabajo con pacientes con Trastorno Límite de la Personalidad?

Existen varias terapias eficaces para este trastorno pero, desde mi punto de vista, la Terapia Dialéctica Conductual (TDC) es la más completa, así como la más estudiada. Fue implementada por Marsha Linehan específicamente para este tipo de personas y se basa en el modelo biosocial. 

Las características de extrema sensibilidad a los estímulos ambientales están presentes en estas personas desde el nacimiento. El entorno (familiar, laboral, entre otros) no reconoce esta forma de percibir el medio circundante y pone en marcha modalidades relacionales invalidantes (las emociones de la persona no son reconocidas como comprensibles y naturales en relación a los estímulos que las generaron, ya que reaccionan primero y muy intensamente y les cuesta calmarse). Del fracaso del encuentro entre estos dos factores se desarrolla con el tiempo el Trastorno Límite de la Personalidad. En nuestro centro utilizamos la TDC de forma ambulatoria y en la planta de rehabilitación (utilizamos una forma de TDC adaptada a los 30 días de hospitalización). Para los familiares utilizamos Conexiones familiares.

También es importante recordar el uso de la terapia farmacológica. Aunque no existe un fármaco específico, la literatura señala lo beneficioso que es utilizarlos cuando se codifica con otro trastorno psíquico. En mi experiencia clínica, la terapia farmacológica es esencial además de la psicoterapia.

¿Cuáles son algunos mitos comunes sobre este trastorno que le gustaría desmitificar?

Durante mucho tiempo estas personas han sido consideradas intratables por los propios psiquiatras, pero no es así. Es necesario recibir una evaluación diagnóstica precisa para poder acceder a un tratamiento adecuado y eficaz. Las personas con TLP cuando dejan de sufrir suelen poner su maravillosa empatía y sensibilidad al servicio de los demás y son personas altruistas. La propia Marsha Linehan padecía este trastorno y dedicó toda su vida a buscar tratamiento y lo consiguió plenamente.

¿Qué consejos tendría para alguien que acaba de ser diagnosticado con Trastorno Límite de la Personalidad y está buscando ayuda y apoyo?

Mi consejo es que no te desanimes porque puedes estar bien. Busca la terapia adecuada, es decir, pregunta a tus terapeutas qué tratamiento utilizan y qué nivel de evidencia científica tiene. Además de eso, la relación que desarrolles con tu terapeuta es importante, sé sincero con él y dile si no te gusta algo de su forma de hacer o de ser. La terapia es el «gimnasio» adecuado donde aprendes nuevas formas de ser mejor contigo mismo y con los demás.

¿Cómo se refleja el carisma hospitalario en el enfoque de tratamiento del Servicio de Psicología hacia pacientes con Trastorno Límite de la Personalidad?

El carisma hospitalario, que también se encarna en la hospitalidad total de la persona con Trastorno Límite de la Personalidad, es fundamental para el enfoque de los cuidados. La hospitalidad, la escucha, la compasión, son factores del cuidado, así como estrategias que conducen a cambios en el comportamiento. Todo el equipo de rehabilitación psiquiátrica, que incluye trabajadores sociales y sanitarios, enfermeras, educadores, psicólogos y médicos, ha recibido una formación básica especializada sobre el trastorno, desde sus orígenes etiopatogénicos, hasta las modalidades con las que relacionarse con las personas con TLP. Esta modalidad se corresponde con el acrónimo G.I.V.E (una de las habilidades que se enseñan en TDC) que significa ser gentil, interesado, validador y educado. Cada uno de estos factores es importante para el bienestar de todos (como la ciencia ha demostrado ampliamente) pero para este tipo de personas en particular. Los estudios han demostrado que ser validador es necesario para el tratamiento de estas personas que no podrían hacer uso de las técnicas de solo  cambio. Validar las emociones de la otra persona, ver desde su punto de vista, acoger, no juzgar, escuchar con el corazón y la mente abiertos, combinado con la ciencia, son la esencia del carisma del centro para el que trabajo. Todo nuevo trabajador de rehabilitación psiquiátrica recibe formación.

¿Puede compartir algún ejemplo de cómo el carisma hospitalario ha impactado positivamente en el bienestar emocional y mental de un paciente durante su tratamiento?


En particular, recuerdo a una paciente que fue atendida de forma ambulatoria y que presentaba una sintomatología completa del trastorno, por lo tanto, muy grave. Fue necesario ingresarla varias veces en el Servicio de Rehabilitación. Su vida estaba muy deteriorada. Fue muy validada por el equipo y atendida tanto a nivel personal como familiar (se introdujo a los familiares en el itinerario de Conexiones Familiares). Ahora está totalmente libre del trastorno, tiene una vida relacional y laboral estable, está casada y es madre. Su sensibilidad ahora solo puede expresarse en un autocuidado fructífero, pero se pone a disposición de los demás ejerciendo ella misma una profesión de ayuda.

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