¿Alguna vez te has preguntado qué es la misericordia?
La misericordia es uno de los términos fundamentales del carisma de las Hermanas Hospitalarias y es el concepto central del lema de nuestro XXII Capítulo General “Revestíos de entrañas de misericordia”. En este artículo te contamos el significado del “amor loco” de Dios traducido en misericordia y compasión, o misericordia hospitalaria, en favor de las personas con dolencias psíquicas, que son los principales destinatarios de la misión hospitalaria.
La misericordia como virtud humana
El lenguaje popular relaciona la ‘misericordia’ con el sentimiento del corazón que lleva a una persona a interesarse por otra, a ayudar, acompañar, comprender, compadecerse, perdonar. En esta línea, se puede decir que la misericordia es el amor que reacciona ante la miseria, el sufrimiento, las necesidades de los demás.
Para compadecernos de los demás necesitamos ver nuestra propia imagen en su rostro, reconocernos en su experiencia de limitación y aceptarla con humildad y sabiduría. Por otro lado, el hecho de haber sido acogidos, comprendidos, aceptados, estimulados, perdonados, es vital para sentirnos capaces de hacer lo mismo por los demás. Esta evidencia nos lleva a la conclusión de que la misericordia no es un fruto espontáneo, sino que exige educación, aprendizaje y constancia en el esfuerzo.
La misericordia en el Evangelio
Al llegar la plenitud de los tiempos, la Misericordia se hizo carne y vino a morar en medio de hombres. Jesucristo es el rostro humano del Padre, la expresión del amor incansable de un Dios que, en un gesto extremo, testimonia la prioridad de la misericordia ofreciendo a los hombres la plenitud de la salvación.
Él es el Alfa y el Omega, y su pascua es el momento de plenitud en la historia salvífica, el momento de realización total de la misericordia de Dios. El misterio pascual, radicado en la encarnación del Verbo, es la última palabra de Dios en esta parábola de misericordia que se prolongará por todas las generaciones; es el presente real de nuestra historia y el punto de referencia para interpretar el pasado y proyectarse hacia el futuro. Bajo su luz percibimos la historia de un Padre que genera una familia para conducirla y reconducirla a Sí, en un proceso que se desarrolla entre promesa-cumplimiento, anticipación-plenitud. “Porque tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único” (Jn 3,16). Si la encarnación del Verbo constituyó el gran gesto de misericordia divina, cada página del Evangelio es testimonio de ello.
La misericordia en el carisma hospitalario
En sus cartas, el Padre Menni une muchas veces las palabras misericordia y bondad. De vez en cuando añade la palabra clemencia, diciendo que Dios es bondad, misericordia y clemencia en su relación con la persona humana y, en modo especial, con quien se halla en situaciones de sufrimiento, del tipo que sea, y está siempre atento para socorrer, liberar, salvar. Y aquellos que lo siguen en el ministerio de la hospitalidad tienen que ser reconocidos por las mismas características.
La misericordia en el carisma hospitalario es: la estabilidad, la perseverancia fiel, la entrega total y gratuita hasta el extremo de dar la propia vida al servicio de los enfermos mentales; conceptos que están unidos al estilo de vida propuesto por el Fundador.
Leyendo las cartas de Benito Menni, podemos afirmar que esa bondad y fidelidad apostólicas
que caracterizan el rostro de la misericordia hospitalaria tienen dos caras gemelas: por un lado, el rostro del amor maternal; por el otro, la paciencia y la caridad que deberán ser el pan de cada día en la mesa de los enfermos.
Una historia de Hospitalidad y Misericordia
El P. Menni, María Josefa y María Angustias fueron agraciados por el Espíritu con un carisma cuyo núcleo es la experiencia de la bondad y la misericordia divina reveladas en el Corazón de Jesús y manifestadas de forma concreta en la actuación del Jesús Samaritano. Este es el carisma hospitalario que dio lugar al nuevo proyecto fundacional de la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Por medio de los Fundadores el Espíritu transmitió este mismo carisma a la primera comunidad hospitalaria, iniciándose así una historia de la espiritualidad hospitalaria.
Hoy, casi 143 años después, continuamos esa historia de misericordia y hospitalidad siguiendo los pasos de nuestros Fundadores. Hoy más que nunca, les pedimos especialmente a ellos que intercedan por nosotros para que, en este XXII Capítulo General que estamos viviendo, sepamos entender lo que Dios le pide a nuestro carisma y misión para los próximos 6 años.