El incremento repentino, e imparable, de la Pandemia de la Covid19 en Vietnam, llevó a muchas personas a tener que enfrentarse a situaciones muy dolorosas, lo que ha provocado un auge de las enfermedades mentales, tales como la depresión y el estrés.
Una tendencia que se está incrementando, a un ritmo alarmante, en los últimos meses. La pérdida de seres queridos, el retroceso económico y la incertidumbre generan mucha ansiedad, lo que se ve agravado en aquellas personas con alguna enfermedad mental previa.
Ante esta realidad, desde nuestros centros hospitalarios tratamos de brindar la atención necesaria al mayor número posible de personas. Para ello, centramos nuestros esfuerzos en optimizar la organización de nuestros recursos disponibles, además de trabajar en la prevención de posibles enfermedades mentales.
Un compromiso social
Por otro lado, en esta crisis sin precedentes, colaboramos con la sociedad y con la Iglesia en general. Por ello, desde el pasado mes de abril, y de manera mensual, las hermanas junto con algunos colaboradores de nuestros centros, prestamos atención material y espiritual a las personas necesitadas, que acuden a nosotras en busca de ayuda. De esta manera, tratamos de aliviar el dolor espiritual y los sufrimientos físico y psicológicos que están padeciendo.
Al mismo tiempo, respondiendo a una invitación de nuestra Diócesis, las hermanas de la Delegación trabajamos como voluntarias en los hospitales de campaña. También, acogemos y atendemos en nuestros propios centros a personas con enfermedad mental, para ayudarles a recuperar sus actividades cotidianas y su proyecto de vida.
En definitiva, en este tiempo de incertidumbre y sufrimiento, nuestra labor se resume en cinco funciones principales:
1. Escuchar y comprender, con sensibilidad, para difundir la ESPERANZA.
2. Aliviar la carga psicosocial, durante la época Covid, ayudando a construir un ámbito familiar de hospitalidad entre la Iglesia y la Sociedad.
3. Fortalecer la identidad y los valores hospitalarios, para ayudar a paliar el dolor de una pérdida, a consecuencia de situaciones traumáticas, especialmente entre los enfermos dentro y fuera del Centro.
4. Despertar y potenciar, en cada hermana, el deseo de buscar y practicar la Hospitalidad en el contexto actual.
5. Animar, promover y aumentar el espíritu de comunión fraterna entre hermanas, voluntarios y familias.
Para lograr nuestros objetivos, cada trimestre tenemos un encuentro para coordinar nuestras actuaciones, en base a la evaluación y planteamiento de iniciativas adaptadas a cada situación local.
Este proyecto de atención, que iniciamos ante la emergencia sanitaria ocasionada por la Covid19, está previsto que finalice en diciembre de 2022. Con todas estas “pequeñas” aportaciones, puedo decir que el trabajo continuo de la Delegación tiene mucho sentido, y es muy necesario, en la actual situación. Seguiremos trabajando para que, una vez superada esta crisis, todos podamos disfrutar de un “nuevo horizonte de esperanza”.
Maria Nguyen Thi Vui, Hermana Hospitalaria de la Delegación de Vietnam.