A las 15.00 hora local, comenzamos en Cebu la primera Asamblea de la Delegación de Filipinas. Todas las hermanas nos reunimos en la capilla para comenzar la jornada. La hermana Anabela Carneiro, Superior General, encendió una vela y dio luz a cada una de las asistentes. A continuación nos dirigimos a la sala de conferencias mientras entonábamos «Ven, Espíritu Santo». Poco después, Sor Gresalie Eliseo, vicaria y secretaria de la Delegación leyó el Evangelio del Buen Samaritano, seguido de las invocaciones a Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús por la Hermana Mary Joy Peñuela, segunda consejera de la Delegación.
A continuación, Sor Anabela, pronunció su mensaje de bienvenida, dio gracias a Dios por la hospitalidad vivida durante 25 años en Filipinas y agradeció a todos los presentes su labor, destacando su responsabilidad para el futuro de la Delegación. También invitó al grupo a vivir la reunión como un encuentro fraternal destinado a aumentar nuestro compromiso al servicio de los enfermos, e hizo hincapié en que tanto la celebración de los 25 años de presencia Hospitalaria en las Filipinas como la Asamblea de la Delegación son el momento idóneo de mirar hacia el futuro con la valentía de los profetas.
Poco después Sor Ana Fely Dinalo, superiora de la Delegación, pronunció su mensaje de apertura. Destacó que esta primera Asamblea celebrada en Asia es un momento de dar gracias a Dios y concluyó su mensaje citando la carta del P. Menni 587, «Este amor que brotó del corazón de Jesús no tiene límites, no se puede decir lo suficiente. Le gustaría volar de un lugar a otro para inflamar toda la faz de la tierra con el fuego divino… «
Sor Asunción Riopedre asumió la función de coordinadora del grupo, Sor Juliana Pedro la de secretaria de la Asamblea y Sor Remedios Padecio el servicio de comunicación para toda la Congregación.
Después de un breve descanso, Sor Asunción presentó el programa de la Asamblea y Sor Ana Fely hizo lo propio con el informe de la vida y misión de la Delegación de Filipinas. Seguidamente se pidió al grupo que expresaran sus opiniones sobre el informe, quedando así todas invitadas a reflexionar sobre los aspectos positivos de la Delegación y los desafíos del futuro.
Para concluir la jornada celebramos la Eucaristía, dando gracias al Señor por todas las bendiciones recibidas y pidiendo la guía del Espíritu Santo para que nos acompañe en la Asamblea.