Sor María Ángeles Perdomo, Superiora del Complejo Acamán, de Hermanas Hospitalarias en Tenerife (España) nos narra, en un artículo publicado en Vida Nueva , la importancia de vivir la hospitalidad con los 5 sentidos; con la escucha, con la mirada, con el gusto, con el tacto, con el olfato…
Una hospitalidad, todavía más importante y necesaria en estos tiempos de pandemia y sufrimiento. «La esperanza que es don que emerge donde ya no llegan nuestras fuerzas ni nuestros recursos y que nos empuja a amar sin condiciones”.
“Una Hermana Hospitalaria es testigo de esperanza en medio del sufrimiento a través de los cinco sentidos. Con la escucha: atenta y activa. Con la mirada: siempre cariñosa y dulce. Con el gusto: cada comunidad es un hogar. Con el olfato: para captar cuál es la herida que llevamos. Con el tacto: sabe expresar el afecto con un abrazo, una caricia… ¡qué bueno sentir una mano que se aferra fuertemente a la tuya sintiendo que estamos juntos, tu dolor es mi dolor, tu sufrimiento es mi sufrimiento!”.
Si en cada situación que nos toca vivir estamos llamadas a ser portadoras de esperanza para tantos hermanos que sufren, el momento actual nos está pidiendo un plus desde el servicio hospitalario que realizamos. Desde los gestos más sencillos hasta el compromiso de arriesgar en ocasiones la propia salud.