“¡Dios de Bondad que en vez de castigarnos y destruirnos, haciéndonos sentir todo el peso de su justicia, nos ha llamado amoroso, nos ha ofrecido el perdón, nos ha favorecido, atrayéndonos amorosamente a su casa predilecta que es la Religión!” (San Benito Menni, c.447.3)