“Jesús quiere que tranquila y suavemente, sin turbación alguna, trabajemos para purificar más y más nuestro corazón, persuadidos de que Jesús tiene paciencia y benignidad con nosotros y quiere que cada uno tengamos paciencia con nosotros mismos”. (San Benito Menni, c. 856.1)
VIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO