Cada domingo nos reunimos los creyentes en Cristo, para celebrar la Eucaristía. Pero con frecuencia, en nuestra forma de vivir, tendemos a perder el tiempo preocupándonos por lo secundario y descuidamos lo que es principal, lo que es esencial en la fe que profesamos. Somos propensos a olvidad que, si no vivimos a fondo el amor a Dios y el amor a los hermanos, todo lo demás pierde sentido.
Jesús nos ofrece un modelo a imitar y un camino a seguir; el amor y el servicio a Dios y a los hermanos.