“No podéis imaginaros la alegría que causará en vuestro corazón, durante la vida y principalmente en la hora de la muerte… por la práctica de la santa caridad hospitalaria, con las pobres enfermas, acordándoos que cada una de ellas, representa al vivo a Nuestro Señor Jesucristo y a su madre María Santísima, y que ellos reciben cuanto se hace por cada una de ellas, tanto más cuanto mayor es su desgracia…» (San Benito Menni, c. 660)