«Acudid con ansia y fervor a la Sagrada Mesa… Sólo el pecado mortal es el obstáculo que impide la Sagrada Comunión. Pero el tener fragilidades de las que deseamos enmendarnos, no es obstáculo sino más bien una razón poderosísima para que recibamos constantemente a Jesús, nuestro único y verdadero remedio». San Benito Menni (c. 172)