Este domingo la liturgia de la Palabra abundará de diferentes modos en el Amor de Dios y como debemos manifestarlo entre los hermanos.
En la Primera Lectura las palabras del profeta (Ezequiel) tenían más fuerza en las pequeñas comunidades donde todos se conocían, pero hoy las dirige a nosotros, aquí y ahora, para que seamos llamada con nuestra vida para otros hermanos alejados.
San Pablo, en la epístola a los Romanos, nos dirá que el amor al prójimo abarca el cumplimiento de todos los mandamientos, y sin este amor, su cumplimiento estará vacío.
Jesús en el Evangelio nos marca unos valores y un proceso para regir la comunidad: diálogo con la persona, consejo de expertos y tratamiento del problema en el seno de la comunidad.