Mi nombre es Iwona Olesinska, Hermana Hospitalaria y responsable de Josefinato, periodo de discernimiento para la opción definitiva al Señor en la vida hospitalaria.

Implicadas y corresponsables
Después de escuchar a algunas hermanas de la comunidad de la Casa Madre y a las hermanas del grupo formativo del Josefinato, puedo constatar una gran sintonía vivencial, pues, todas valoramos la gran oportunidad de ser implicadas y corresponsables en el proceso espiritual de revisión y actualización de nuestras Constituciones. La metodología propuesta nos ha ayudado a redescubrir la belleza de la vocación hospitalaria y renovar nuestra gratitud y alegría de ser convocadas para testimoniar la misericordia de Dios entre los pobres, enfermos y necesitados. Las luces, llamadas y propuestas, fruto de nuestra reflexión y oración personal, ayudaron a ahondar y discernir mejor los actuales desafíos de la consagración hospitalaria, especialmente en la vivencia de la misión compartida, en la formación, en el gobierno y en la gestión.
La riqueza de la iluminación de los temas desde la Palabra de Dios, el Magisterio eclesial y nuestro Patrimonio Espiritual han ido suscitando en nosotras interpelaciones, descolocando nuestros esquemas y provocando procesos de conversión, purificación y apertura a acoger la novedad del Espíritu, que quiere recrear la Hospitalidad e infundir en nosotras un corazón nuevo, capacitándonos para crecer en la vivencia de la comunión fraterna en la diversidad de generaciones y culturas.
A las hermanas jóvenes el proceso les ha llevado a redescubrir la pasión por Dios que los Fundadores y las primeras hermanas vivieron y por practicar la hospitalidad con los que sufren, superando las dificultades con fe y confianza.
Una gran lección
El compartir entre las hermanas de diferentes generaciones y culturas nos ha hecho valorar y agradecer a Dios el camino de la hospitalidad recorrido hasta hoy. Descubrimos que no somos nosotras las protagonistas de esta historia sino, el Espíritu Santo que actúa en nuestra fragilidad, transformándonos en instrumentos dóciles de la misericordia de Dios.