Anabela Carneiro, Superiora general, envía un mensaje a toda la Comunidad Hospitalaria deseando una feliz Navidad y un próspero año 2015.
«Se pusieron en camino… y la estrella que habían visto comenzó a guiarlos hasta donde estaba el Niño… Al ver la estrella se llenaron de gran alegría” (Mateo, 2,9-10)
A toda la COMUNIDAD HOSPITALARIA
Se acerca la Navidad y yo me acerco a todos los que formáis la Comunidad Hospitalaria para saludaros e invitaros a la alegría y a la esperanza pues Dios, en Jesús que nace “pobre y humilde en el portal de Belén”, nos otorga, como afirma el Papa Francisco, “un amor infinito e inquebrantable y una ternura que nunca nos desilusiona”.
Acompaña este mensaje una imagen sencilla donde se evidencia el contraste entre la luz y la oscuridad, la luz de una estrella en un fondo oscuro, una luz clara brilla e ilumina la noche y a los que la habitan, una luz que indica la presencia sencilla del Dios que, amó de tal modo el mundo, que le dio a su Hijo, para que tengamos la vida (cf. Jn 3,16); una luz que ilumina las tinieblas de nuestro mundo (cf. Is 9,1).
Quiero compartir con vosotros una breve reflexión, centrándome en tres símbolos que son muy propios de Navidad: el camino, la estrella y el Niño; este último no es propiamente un símbolo, sino que es el centro de todo lo que celebramos en estas fiestas.