El pasado 14 de julio las hermanas josefinas han clausurado el periodo de discernimiento y formación (Josefinato), para la opción definitiva en el seguimiento de Jesús el Buen Samaritano, en la Congregación.
El acto tuvo lugar en la capilla de los fundadores cuya presencia e intercesión les llevaba a la confianza constante en la misericordia y fidelidad de Dios, que sigue haciendo maravillas en cada una de las hermanas Josefinas. Fue un momento cargado de alegría y gratitud, por la variedad y la riqueza de las experiencias formativas vividas, en comunión con todas las hermanas, colaboradores, enfermos de la comunidad hospitalaria y marcadas por el tiempo límite de pandemia.
Testimonio de hospitalidad
El testimonio admirable de la práctica de la hospitalidad, con riesgo de la propia vida, de las hermanas de la Casa Madre que custodian el patrimonio congregacional en sus orígenes, les ayudó a descubrir la alegría de seguir a Jesús con fidelidad y perseverancia. La capacidad evangelizadora de los enfermos en gestos y miradas de amor, cariño y cercanía les ha hecho experimentar la sanación del Buen Samaritano. Han valorado también la acogida, creatividad, dedicación y profesionalidad de los colaboradores, quienes les han enseñado a servir a los enfermos con sus gestos de respeto y compasión. La convivencia fraterna intercultural en el grupo de Josefinato, y la comunidad de Ciempozuelos, les llevó a profundizar el sentido de la convocación para la misión hospitalaria y crecer en el sentido de pertenencia a la Congregación.
Se sienten privilegiadas por haber recibido tanto y expresan su disponibilidad para practicar la hospitalidad, hoy como ayer y siempre, en cualquier lugar del mundo al ejemplo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. En los últimos días han gozado con la visita presencial de sor Anabela Carneiro, superiora general, de sor Matilde Porras, superiora provincial de España y la visita online de sor Léontine Ngo Mbock segunda Consejera general y responsable de la formación en la Congregación. Agradecen todo el apoyo y la oración recibida por parte de la Congregación y de los miembros de la familia hospitalaria.
Iwona Olesinska, hsc, responsable de Josefinato