La Iglesia celebra en este 4º domingo de Pascua, la alegre noticia de la Resurrección de Jesús: El Señor, tras pasar por las “cañadas oscuras” de la muerte, ha resucitado para vivir eternamente en gloria y majestad junto al Padre, que así lo ha constituido como nuestro Buen Pastor.
Él nos guiará también a nosotros hacia las “verdes praderas” de la Resurrección.
Por eso, a éste título que el Señor se atribuye en el Evangelio, la Iglesia vincula la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de las Vocaciones Nativas que lleva por lema “Deja tu huella, sé testigo”. Que recuerda el mensaje del papa Francisco a los jóvenes en la Jornada de Cracovia: que no tuvieran miedo de dejar su huella en la vida de aquellos con los que se encuentran y todos estamos llamadosa dejar un testimonio de vida que sean huellas de amor.