Por una educación segura y de calidad
Durante la primera mitad del año la Fundación Benito Menni impulsó un proyecto en el colegio “Guardian Angel Learning Center”, de Hermanas Hospitalarias en Filipinas. Con el objetivo de asegurar una educación de calidad para los estudiantes, algunos de los cuales son niños con enfermedad mental y/o discapacidad.
“Guardian Angel Learning Center”
La Fundación Josefa Hospitaller, vinculada a la Congregación de las Hermanas Hospitalarias, gestiona la escuela “Guardian Angel Learning Center” ubicada en la ciudad de Pasig, Filipinas. Esta escuela es un centro reconocido por el gobierno del país, que ofrece una educación de calidad a niñas y niños de entre 4 y 12 años, tanto para cursos de educación regular, como para cursos de educación especial.
– En cuanto a educación regular, el centro acoge a 18 niñas y niños de preescolar (4 – 6 años) y a 90 niñas y niños de educación primaria (6 – 12 años).
– Respecto a la educación especial, el centro acoge a 54 niñas y niños (de entre 3 y 12 años) que presentan distintas patologías: autismo, diversidad funcional y/o síndrome de Down, entre otros.
El objetivo de nuestro centro de educación es contribuir a garantizar el derecho a la educación de calidad a las niñas y niños con necesidades especiales que acuden a la escuela, para que puedan desarrollarse plenamente, en la medida de sus capacidades.
Centrándonos en la educación especial, el colegio ofrece intervención temprana a la primera infancia con necesidades especiales a través de un programa de inclusión (integrado en el programa regular de la escuela) que incluye terapia ocupacional con los profesionales del centro y con el círculo de apoyo de la niña o niño, lo que incluye a los padres, madres, profesorado, terapeutas, personal del centro y toda la comunidad educativa.
El centro cuenta con más de 22 profesionales, que disponen de 10 aulas donde desarrollar las actividades normales de una escuela, 2 aulas individuales para terapias ocupacionales, un comedor, una biblioteca, un laboratorio, y un patio donde realizar las actividades lúdicas tan necesarias en una escuela.
Sin embargo, en el último año se ha identificado un importante problema en relación a la seguridad de los niños y niñas, así como a la sostenibilidad de la escuela, debido al estado en el cual se encontraban algunas de las instalaciones. En particular, las tuberías de agua existentes, al ser muy antiguas tenían fugas, lo que supone un elevado consumo de agua (el cual de por sí es un recurso escaso en la zona) repercutiendo negativamente en el presupuesto de la escuela, para poder llevar a cabo sus actividades principales (brindar educación de calidad).
A su vez, el techo de la escuela se encuentra oxidado y en un notable proceso de desmejora, presentando numerosas fugas que hacen que durante la temporada de lluvias se deban interrumpir las clases por las goteras y las inundaciones que se producen. Las fuertes lluvias y temporales azotan cada vez con mayor frecuencia y dureza a Filipinas, lo que hace necesario contar con una infraestructura sólida y apta a las situaciones climatológicas adversas para poder brindar una educación de calidad, de manera continuada y en condiciones de seguridad para los niños y niñas.
Contexto del proyecto
La población de Filipinas, en 2020, se estima en 109.581.078 personas, según datos de las Naciones Unidas. La población de Filipinas equivale al 1,41% del total de la población mundial. Filipinas se sitúa en el puesto 13 en la lista de países (y dependencias) por población.
Filipinas ocupa el puesto 113 del Índice de Desarrollo Humano del PNUD (United Nations Development Programme). La distribución de la renta no es equilibrada, ya que un 20% de la población posee más del 50% de la renta. Más de 20 millones de filipinos viven por debajo de la cifra de pobreza, y más del 70% de esta población vive en zonas rurales del sureste del país.