El Centro Psicopedagógico Ntra. Sra. de Montserrat celebra una jornada centrada en el modelo de atención y las estrategias de intervención en personas con discapacidad intelectual.
El día 8 de mayo el Centro Psicopedagógico Nuestra Sra. de Montserrat acogió la jornada ‘Abordaje del TC en personas con DI y necesidad de apoyo extenso y generalizado: un reto’, que congregó unos 180 profesionales.
En el marco del acto, que contó con la presencia destacada de la secretaria de Inclusión Social y de Promoción de la Autonomía Personal, Carmela Fortuny, y de Montserrat Roura, directora de los Servicios Territoriales de Bienestar Social y Familia en Girona, se ha pedido un cambio de modelo de atención a la discapacidad intelectual hacia la integración del sistema sanitario y social.
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Un cambio que los profesionales consideran muy necesario puesto que las personas con discapacidad intelectual, atendidas actualmente por el sistema público de servicios sociales, sufren frecuentemente trastornos de conducta, por lo cual requieren asistencia sanitaria. Así, casi un 40% de las 130 personas con discapacidad intelectual del Centro Psicopedagógico Nuestra Sra. de Montserrat presenta este tipo de alteraciones, que hacen necesario un trabajo conjunto de profesionales del ámbito sanitario y social.
Con objeto de dar una respuesta adecuada a las necesidades de los usuarios, el centro realizó un esfuerzo de gestión y apostó por ampliar su dotación sanitaria. En este sentido, el centro cuenta con servicio de Enfermería 24h y un apoyo psiquiátrico prestado por el Hospital Nuestra Sra. de la Merced.
Aun así, en la actualidad, la mayoría de unidades de Cataluña donde se ofrece atención a las personas con discapacidad intelectual no dispone de recursos sanitarios suficientes que les permita hacer frente a los problemas de salud que sufren los usuarios. Por este motivo, los tienen que derivar habitualmente en hospitales de agudos del sistema sanitario.
En cuanto a las estrategias de intervención que utiliza la entidad para atender los trastornos de conducta de sus usuarios, se ha hecho énfasis que estas alteraciones son consecuencia de la incapacidad de muchas personas con discapacidad intelectual de expresarse con el entorno. Por este motivo, se ha explicado que es básico que el profesional aplique habilidades de comunicación y de relación interpersonal que le permitan entender aquello que el usuario le quiere transmitir a través de su conducta y poderle dar una respuesta.